Este post es para adolescentes, mujeres que aún después de adultas están pasando por el acoso sexual en su familia, en su congregación o en su trabajo. Muchas veces el no poder definir lo que sucede hace que no puedan hablar o explicar lo que sienten o lo que les está pasando. Tienes una hija, una prima, una hermana, una ahijada, envíale este blog post. 1 de cada 5 mujeres es violentada sexualmente. El l acoso sexual traspasa muchos límites personales que marcan y llegan a traumar a muchas. A diferencia de lo que muchas piensan, el acoso sexual sí es violencia sexual.
¿Cómo identificarlo para llamarlo por su nombre?
Este post está lleno de experiencias de múltiples mujeres a las que he conocido en mi vida. A quienes un adulto o un par (persona de su misma edad) del sexo opuesto o de su mismo sexo les ha acosado sexualmente. Estas no solo son señales, sino también vivencias. Quien acosa pudiera ser hombre, como mujer, pudiera tener tu misma edad, como podría ser mayor que tú por 5, 10 o 15 años.
Te toca de manera inesperada. Antes parecía casual, pero sus roces y toques físicos parecieran ser más a menudo y de una manera que te hace sentir mal, cohibida o temerosa. Los toques pudieron comenzar en los hombros o manos, pero ahora son en la cintura, caderas, cerca del busto o trasero. Incluso has podido sentir que te roza con su pene erecto.
Te envía textos, emails o DM’s con mensajes doble sentido, relacionados a la sexualidad. Videos o notas de voz que comenzaron siendo limpios o chistosos, pero han subido de tono y aunque le has dicho que te sientes incómoda continúa haciéndolo.
Hace comentarios constantes sobre lo mucho que has cambiado, resaltando que ya no pareces una niña, que te estás convirtiendo en una mujer.
Busca estar en actividades familiares para estar cerca de ti, sin que alguien lo note. Y hace chistes sobre ti poniéndote como centro de atención y que otros bajen la guardia.
Te ha dicho que tu manera de ser o de vestir le hace sentir atraído hacia él/ella. Que es tu culpa por actuar o vestir de X manera. Incluso, te ha llegado a toquetear el cuerpo diciendo que no se puede controlar cuando está cerca de ti, creando un peso de culpa que no te pertenece.
Te ha comprado objetos de valor, ropa no adecuada para tu edad o alguna cosa acompañada de la expresión: “Me avisas y te enseño cómo usarlo” o “me avisas y te ayudo a probártelo”. Sabiendo que es algo que le pedirías a tus padres o es inadecuado para tu edad.
Ha entrado al baño en varias ocasiones, mientras te duchas o usas el retrete, con la excusa de que la puerta no tenía seguro, estaba muy apurado o se equivocó de habitación.
¿Hablar sobre lo que te ocurre con esa otra persona te hace sentir insegura, temerosa o desprotegida? Posiblemente es acoso sexual. No calles y dialógalo con tus padres o con tu adulto de confianza. Há
blalo con tu esposo, amiga o líder, si te está pasando t ya eres adulta. Muchas veces los acosadores tienen posiciones de poder social, religioso o familiar. Casi nunca es un desconocido. Y la mayor parte del tiempo le echan la culpa a sus víctimas.
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