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El apoyo del cónyuge durante el posparto



Cuando contraje nupcias con el amor de mi vida, pensé que todo estaría arreglado para el futuro. Un hombre bastante consciente y empático. Era el hombre perfecto para mí. Pero como saben los hijos vienen a veces a poner el mundo de cabeza, y no porque sea una mala experiencia, sino porque nos somete de manera repentina a una nueva rutina. Lo que conocíamos como nuestra vida, de repente ya no es solo nuestra, también le pertenece a un nuevo bebé que depende en un cien porciento de nosotros como padres y madres.


Ese hombre con el que me casé no podía comprender por qué su esposa no podía con las demandas diarias de la casa más con el bebé. Tenía expectativas muy altas de mi desempeño. Más, no comprendía por qué la aquella mujer tan llena de vida y brillo, ya no era feliz. De hecho, en un principio yo tampoco me comprendía. Y así fueron pasando los días. Cada día más infeliz a pesar de tenerlo todo para ser feliz. Esto provocaba en mí muchísimas interrogantes que, ponían en peligro constante mi confianza en las habilidades maternas que estaba intentando desarrollar. Gracias a Dios mi esposo nunca dejó de mimar y cargar a su bebé, aun cuando más cansado estuviera. Esto me ayudó a mantener un poco de esperanza dentro de todo el ánimo deprimente que me aquejaba.


La depresión perinatal es real. No es algo que solo suceda en nuestros pensamientos, sino que también afecta nuestro cuerpo y nuestro desempeño en todas las áreas. Y necesitamos que nuestro cónyuge nos acompañe. Que se haga parte del proceso. Porque unos de los factores que propicia la depresión perinatal es la falta de apoyo social y los contratiempos conyugales.


Por eso hoy deseo dejarte aquí cinco sugerencias que te ayudarán a preparar tu cónyuge para el posparto.

1- Dialoga tus expectativas con tu cónyuge. Puede ser que sean muy altas para su nuevo estatus de padre o madre. No siempre podemos cumplir con todo lo que requiere el cuidado de un hogar (casa) con bebé en brazos. Cuando las expectativas no se dialogan durante el embarazo y durante el posparto, viene la sobre carga emocional tras no recibir el apoyo esperado por el padre o madre de bebé.


2- Haz parte a tu cónyuge de todo el proceso. En ocasiones el cónyuge no participa tanto de los procesos porque muchas veces no conocen sobre lo que podrían hacer para apoyar a la nueva madre o incluirse en la crianza de bebé. Hacerlo parte de citas médicas, toma de decisiones, del parto y demás. Esto los hace más empáticos y solidarios con la maternidad. Los hace conscientes de sus responsabilidades y más participativos.


3- Comunica tus pensamientos y emociones con tu cónyuge. No guardes silencio. Siempre di lo que sientes en el momento más adecuado, puedes ser honesta escogiendo bien las palabras que usarás. Pero es necesario que dialogues lo que sientes y piensas con respecto a tu nueva etapa y a su desempeño como nuevos padres.


4- Hazle saber lo importante que es en este proceso. Papá y mamá son igual de importante. Ninguno reemplaza al otro, aunque muchos crean que sí. Ambos tienen la misma responsabilidad de amar, demostrar amor y cuidar del nuevo bebé. Es necesario hacerle saber a tu cónyuge que le necesitas y lo que puede hacer por ti. Ya que la sociedad le ha quitado responsabilidades al criarlos de X manera.


5- Edúquense juntos. Muchos piensan que la que se debe educar es solo la embarazada o la nueva madre. Pero la verdad es que, si deseamos que las demás personas nos miren con empatía y solidaridad, necesitan educarse tanto como nosotras. Necesitan clases prenatales o perinatales. Saber lo que sucede en el posparto. Cómo pueden apoyarnos, acompañarnos conscientemente y estar presente en cuerpo y en alma.


No necesitamos pasar por la depresión perinatal para asegurarnos de prevenir. Más bien prepararnos desde ya para que no nos suceda. Luego de haber pasado por la depresión perinatal, al enterarnos de nuestro segundo embarazo, sabíamos que no debía pasarme lo mismo. Así que comenzamos a buscar nuevas alternativas para mejorar la experiencia y disminuir los factores de riesgo. Cuando ya has pasado por depresión o depresión perinatal, quedas expuesta a que puedas recaer nuevamente en embarazos o pospartos siguientes.







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