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El problema con el infiel

Este será al punto y al grano. No hay que darle muchas vueltas al asunto que muchas han querido excusar y otras han cargado la culpa. Cualquier deseo que hay en la persona puede ser activado por algo o alguien, pero queda de la persona decidir qué hacer con ese deseo: canalizarlo con ayuda, darse una ducha fría y evadirlo o seguir el deseo y accionarlo. Pero a fin de cuentas la misma persona es quien decide. Dicho esto, no podemos excusar el crimen, el pecado o la falta. La persona tenía una decisión en las manos (rondándole en la cabeza hace mucho) y decidió ejecutar su decisión de la manera que fuera.



En la infidelidad sucede lo mismo. La infidelidad no comienza porque la esposa engordó o rebajó, no comienza cuando la esposa dejó de peinarse o de desear sexualmente al esposo, cuando le salieron estrías o gritó. La infidelidad no comienza cuando el esposo se puso tacaño, porque no tiene sexo como ella quiere o porque no sabe satisfacerla o amarla. Esos son hechos tomados como excusas para ser infieles o detonantes de la idea o el pensamiento que a fin de cuentas decide dejar morir de hambre o alimentar. La infidelidad comienza cuando se considera el poder ser "más feliz" con otra persona, cuando se alejan de Dios, cuando dejamos de interesarnos por las necesidades del otro y no solo de las propias. Claro que hay una necesidad en nosotras, pero... ¿y qué hay de la otra persona? También tiene necesidades y ¿quién las suple? Pues la respuesta cae en esta palabra tan importante: RECIPROCIDAD. El amor y el cuidado, cuando dejan de ser recíprocos (bi-lateral, de un lado para el otro), se convierte en EGOÍSTA.



Cuando se considera la infidelidad no es por falta de algo, sino porque se centran la necesidad y el deseo en sí mismos. Y eso se llama egoísmo. Ahora, algo recíproco sonaría así: "He sentido que nos hemos alejado, tengo una gran necesidad de X cosa, y creo que tú pudieras tener la necesidad de lo mismo u otra cosa que yo no te estoy danto al igual". Pero piensan que es más fácil ser infiel que dialogar las diferencias o que comunicar la necesidad. Que muchas veces no se comunica la necesidad por orgullo (u orgullo disfrazado de vergüenza). Y mientras más nos adentramos y desmenuzamos la infidelidad, la única responsable es la persona que ha cometido la infidelidad. Por eso la palabra de Dios señala en varias partes que, quien comete fornicación (depravaciones sexuales que incluyen el adulterio) el pecado es contra sí mismos, porque el pecado está en su propio cuerpo y porque las consecuencias serán visibles en sus cuerpos de manera inmediata.

La infidelidad es la acumulación de malas costumbres y pensamientos en una. Se miente, se traiciona, se aparenta, se calculan los movimientos para cometer maldad y se da el cuerpo a otra persona cuando se le a prometido a una primera. Y sobre todo eso, se desobedece a Dios.


Entonces. la infidelidad no es culpa de que el otro en la relación haya hecho o dejado de hacer, sino porque la falta de lealtad ya vivía en el infiel y no había puesto en Dios todas sus debilidades. ¿Cómo huir de la infidelidad?


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4- Cambiar la perspectiva del lugar de Dios en la vida sexual conyugal.

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