Esta semana estaré subiendo a mi IGTV en Instagram un pequeño resumen de cómo la educación ayudó en mi posparto. No te lo pierdas.
En estas semanas he estado hablando en mis redes sobre la sexualidad durante el posparto y el embarazo. Porque si ni siquiera se habla de la sexualidad femenina, mucho menos de ella durante estas dos etapas. Se cree que la mujer luego ser madre debe dedicarse en absoluto a su cría al parirla. La verdad es que la cuarentena está diseñada para que mamá se enfoque en su relación con bebé. Para que la diada se reconozca, para que la lactancia se establezca y para que el vínculo de apego se de y se fortalezca al pasar de los días.
Pero también es verdad que no perdemos individualidad, que no dejamos de ser mujeres y personas. Y que aquella mujer que deja de ser ella para solo ser madre, deja una preciosa parte de sí a un lado y solo se da a medias a sus hijos. Siempre habrá algo faltante.
Cómo seremos capaces de enseñar lo que es tener una sana autoestima si olvidamos cuidar de nosotras mismas. Cómo enseñar que merecemos ser amadas, cuando olvidamos dedicarnos tiempo para fortalecer nuestro interior al pensar que no lo merecemos. Cómo enseñar a nuestros hijos a soñar si nos hemos olvidado de nuestros propios sueños. Cómo enseñar a nuestros hijos a volar en independencia al crecer, habiendo cortado nuestras propias alas. Y todas estas cosas se aplican a la sexualidad al igual. No tenemos que renunciar a todo con la llegada de un hijo. Cierto es que las cosas cambian, que ya nada será igual. Pero el ser humano es capaz de reinventarse, de renovarse y seguir siendo la misma persona de una manera más multiforme.
Por esto es tan necesaria la planificación durante el embarazo o inclusive antes de estar embarazada. Diseñar la vida de una manera general, puesto a que no podemos tener control de todo. Lo que sí podemos hacer es prepararnos en todo lo que podamos para ser exitosas entre las sábanas mientras somos exitosas como madres.
No siempre habrá un balance, es más, el balance es imposible. Nunca podremos llevar a cabo todas las tareas a cabalidad y en perfección. Porque somos humanas. Tan sencillo como eso. Muchas quieren romantizar la maternidad, hacerla un jardín de esperanza y de felicidad continua. Y no. No siempre hay esperanza, no siempre llenaremos nuestras expectativas. Pero eso no nos hace malas madres. Eso no nos hace menos mujeres. Al contrario, nos hace humanas.
La educación es poderosa cuando la aplicamos. La educación, como siempre digo, es amor por ti misma y por los demás a tu alrededor. Cuando comenzamos a educarnos la vida nos cambia, porque también comenzamos a mirarla de otra manera. Una más solidaria y empática. Hace unos días les decía a mis seguidoras de Instagram que durante mi primer embarazo y posparto fui poco solidaria con mi esposo y muy poco empática también. Es verdad que estaba pasando por una depresión, que a veces perdemos el control de nuestros actos. Pero también sé que podemos tomar el control de otros y decidimos (una decisión) dejarnos llevar por la corriente de lo que sucede dentro de nosotras o a nuestro alrededor. Durante mi primer posparto fuimos tan poco solidarios uno con el otro que hoy me entristece. La educación te abre los ojos, la educación te da la oportunidad de una mejor vida. Y no les hablo de educación escolar o universitaria (que son buenas también), sino de esa educación que obtenemos en el camino de la vida leyendo, preguntando, buscando a un buen recurso y orientándonos. La educación hoy en día está accesible, solo debemos decidir obtenerla.
La educación me permitió amar a mi hijo luego de la falta de apego ocasionada por la depresión posparto, la educación me permitió mejorar mi relación integral con mi esposo, me ayudó a tener una familia saludable (no perfecta). La educación me permitió estar consciente de lo que sí podía mejorar de mí y no dependía de otros o de mi enfermedad. La educación me permitió conocerme más e identificar lo que me sucedía. La educación nos permite ser piadosos con nosotras mismas y con otros en momentos de crisis.
Por eso si conoces a una embarazada que aún no ha preparado su posparto y ni siquiera sabe que se puede preparar para esto invítala a mi próximo taller.
Abrazos Neidynathalie
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Si te interesa educar a tus hijas o familiares adolescente también tengo un próximo taller para ellas. Oprime aquí para que puedas leer la información y separar tu espacio.
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